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domingo, 16 de abril de 2017

Ideal para postre en otoño...

¡Tannat hasta en el postre!
Un archipiélago de peras en un mar de tannat especiado.
Peras al vino tinto, con azúcar, canela y clavo de olor.

Y, ya que estamos, descartando el prejuicio de que si es en tetra no es buen vino. Hace rato que en Uruguay sabemos que hay lindos vinos que vienen en paquete. Los de Santa Teresa, por ejemplo. Con un agregado de estrategia: para cocinar me resulta mejor un vino que no sea tan especial, ni especiado, ni nada más que un buen vino redondo.

¡Delicia!


lunes, 10 de octubre de 2016

Riso rosso... o arroz al vino tinto.

Exquisitez. Vi una receta por ahí y me pareció una idea muy lógica: sustituir el agua por vino tinto. Hay que ver que personalmente ya tengo yo "antecedentes" de arroces no tradicionales: hago uno que lleva jugo de naranja en vez de agua... ¿Cómo no se me ocurrió antes y a mí sola poner vino tinto en vez de agua al arroz?

Más allá de inconducentes comentarios, lo cierto es que a partir de una receta investigué en Internet (ahhh... cómo nos cambia la vida internet...). Se trata, según ví, de una receta procedente de la cucina italiana. Encontré diversas opciones en materia de hacer arroz con vino tinto y elegí una para probar. La hice hoy.
Te paso la receta y mientras - y después - hago mis comentarios.

Quería hacer un arroz al vino tinto liviano, sobre todo para probar el efecto del vino tinto en el arroz.

Ingredientes:

1/2 kilo de arroz (Usé el Doble Carolina, largo y ancho, que me encanta. De todas maneras el más recomendado en las recetas que leí es el Carnaroli.)
3 cebollas medianas bien picaditas (usé dos grandes, me había quedado sin medianas...)
Finas hierbas o algún otro condimento que te guste para el arroz
Una taza (casi) de pasas de uva (usé rubias, porque eran las que tenía en casa)
Un litro de vino tinto (Compré Tannat. Siempre meterle carácter...)
Bastante pimienta.
Sal (No puede faltarle la sal)
Aceite de oliva.

Preparación.

Como todo arroz, ni más ni menos.
Ponés aceite de oliva en una cazuela u olla de hierro. Saltás unos buenos minutos la cebolla bien picadita. Luego le agregás el arroz para que quede bien saltadito. Eso lo sella y le da cierto sabor.
Luego, cuando estuvo pronto, le agregué sal, condimento de Hongos y Champignones (ese de los sobrecitos, un sobre entero y algo más de otro), pimienta.
En seguida puse el vino tinto.
Para medio kilo de arroz me resultó muy adecuado un litro de vino tinto tannat.
Con el vino incorporado agregué la taza de pasas de uvas rubias.

Dejé hasta que se fue evaporando el vino, esos diez minutos aproximadamente.
Luego tapé la olla otro rato más o menos igual, antes de probarlo.

Me E N C A N T Ó.
Es algo ácido.
Necesita realmente la sal. Sin sal no se podría comer bien.
Las pasas de uva le quedan fenomenal porque son un toque dulce relativo. Pienso que pasas de uva oscuras o tradicionales le pueden quedar mejor.

Como te decía arriba, yo lo quería comer así solo, liviano... sobre todo para conocer el sabor.
Entonces entendí perfectamente por qué la receta italiana tradicional tiene salchicha de cerdo abierta incorporada al arroz. Porque ese sabor intenso del cerdo agregado a lo dulzón de las pasas de uvas y al ácido que le da el vino le debe resultar buenísimo.
Sin falta la próxima lo hago con salchicha de cerdo.

Me pareció fantástico acompañando cualquier carne.
Y, sobre todo con alguna verdura, como plato vegetariano debe ser estupendo. Imagino con corazones de alcaucil o champignons frescos cocidos.
Hasta con arvejas frescas (con ese dulzorrrr...) debe ser riquísimo.
También está la versión "risotto" con queso Parmigiano. No me gusta ponerle queso al arroz, en principio. Eso no lo voy a hacer, pero para quien le gusta es una variante excelente.

Hacelo, "te lo recomiendo enfáticamente". Diría un intelectual entendido... jajaja

En cuanto al vino que usé. Bien. Muy bien.
Hice la de todos: pongo un vino que en algunas condiciones uno dice "es más barato, es vino para cocinar"... Pero verás que no es cualquiera.
Elegí el tetra de Tannat de TIENDA INGLESA que lo elabora Antigua Bodeba Stagnari (nada menos...)
Pero ojo que es muy buen vino para cocinar porque es redondo... Me refiero a que un vino de esos "especiado", "con frutas negras", "con madera"... al final te complican la comida.

Hay - por lo menos - dos premisas que cumplir cuando se trata de cocinar con vino. Las dos las aprendí hace casi treinta años en el curso de cocina del Crandon. Una la cumplí, la otra no.

La primera, la que cumplí.
Hay que cocinar con vino bueno siempre. La calidad de los productos se refleja en la calidad del plato. Si un producto no es bueno, el conjunto de los productos en el plato se afecta. Es cierto. Bueno para cocinar, no quiere decir caro. Y mucho menos en los vinos.
Los vinos más especiales pueden lucirse en una salsa, acaso. Me refiero a que no trastocan la sumatoria de una receta si es en salsa, pero pueden jugar en contra en una receta de cocina de plato base.

La segunda, la que no cumplí.
Con la comida hay que tomar el mismo vino que se usó para cocinar.
No usé exactamente el mismo. Pero sí la misma cepa. Cosa que se puede permitir igual. Laxo sensu... je!
Es decir, uno puede usar un tannat redondo o más convencional para la receta de la comida, y tomar un tannat más particular acompañando.
Eso hice. No fui estrictamente cumplidora, pero tampoco me alejé tanto. (El tannat que tomé te lo conté en el post anterior...)
Seguramente tendría que haber elegido vino de la misma bodega. Ese detalle lo voy a cumplir la próxima vez que haga el riso rosso.

Me encantó la receta, la haré pronto otra vez.
Te dejo fotos del vino que compré en Tienda Inglesa.

Te dejo LINK de la Bodega, mirá qué linda es: http://www.antiguabodegastagnari.com.uy/
¿Quién dice que las bodegas históricas tan lindas solo hacen vino caro?




lunes, 18 de julio de 2016

Pan de vino tinto, torta de vino tinto

Festejando la Jura de la Constitución, tocó cocinar cosas distintas... Me armé una “meriendita”, estrenando recetas que no había hecho antes.

Todo comenzó con el “Pan de vino tinto y nueces”, receta del libro “Panes”, del Instituto Crandon, que le regalé a mi padre para el pasado Dia del Padre. Él es muy cocinero. Y yo no le voy en zaga... aunque si “practica” él, ¿para qué voy a ser redundante? Pero no pude evitar hacer esta receta. ¡Deliciosa!

Se trata de un típico pan salado, muy básico. Muy bueno para hacer sandwichs rústicos. Un hallazgo, la receta. Me encantó cómo quedó.


Luego, me entusiasmé como para hacer algo dulce también. Y compuse una receta de torta de todas las tortas de vino tinto que ví en de Internet. En algunos lugares dicen que es colombiana, en otros italiana. No sé. Elegí una base de combinación de torta de chocolate, naranja y vino tinto,de las taaaannnntas variedades que se encuentran on line. Y armé algo.
(Hay otra, de origen colombiano, que es “torta envinada”, con ciruelas remojadas en vino por varios días y demás... Debe ser fabulosa. La haré otro día. Hoy quería esta, más típica para tomar el té y más sencilla.)
Tiene gusto a bombón de chocolate con vino, perfumado de naranja... No se nota visualmente el vino, claro... el chocolate oscuro lo tapa. (Me comprometo a inventar una torta de vino tinto que no lleve chocolate. Voy a poder!) Es deliciosa, de masa compacta pero liviana a la vez.


La receta de Pan de Vino y Nueces, como es textual la del libro Panes del Crandon, no la quiero copiar... me parece desleal. Muy sencilla de ingredientes: levadura con agua tibia, harina, sal, vino tinto. ¡¡Está en el libro!!
La otra, mía no más, acá va.


TORTA DE VINO TINTO

1) Hervir durante 5 minutos 1 taza de vino tinto
1 rama de canela
Dejar enfriar y reservar. La hice un buen rato antes.

2) Batir hasta que esté cremosa: 200 gr manteca
200 gr azucar
Añadir las yemas de 4 huevos una en una.

3) Agregar a la mezcla anterior: 100 gr chocolate blando
(previamente mezclados) ralladura de una naranja
100 gr de nueces ralladas (opcional)

4) Mezclar aparte y agregar a la
mezcla anterior del resto
de los ingredientes: 200 gr de harina (a veces le pongo un poco más...)
1 cta de polvo de hornear
la taza de vino hervido en canela, pero frio

5) Batir las 4 claras a nieve.
Mezclar cuidadosamente con el resto de los ingredientes.

6) Verter en asadera de aproximasamente 33 por 35 cm, previamente enmantecada. Cocinar en horno moderado de 25 a 30 minutos. Retirar del horno y desmoldar. 

Una versión muy parecida a la que yo hice está en este video.
https://www.youtube.com/watch?v=QmEflx1Yns4
Hay varias otras recetas más refinadas sobre esta base. Ya las probaré otro día... para un té más de amigas. La de hoy está buenísima.

En cuanto al vino tinto que utilicé fue Cabernet Sauvignon, en una versión sencilla de los Carrau.

Hace rato que sé que para elaboraciones gastronómicas lo que viene mejor son los Sauvignon: cabernet o blanc. Y redondos, sin maderas ni frutas que desvían el resultado de la mezcla de ingredientes que propone la receta en cuestión. Sea de comida como de bebida.
Estos fueron mis botellas de hoy.



domingo, 17 de julio de 2016

En honor al mulsum... #bebidadevino #AntiguaRoma

Esa bebida romana que podríamos definir como a base de vino y miel, el mulsum. En realidad, algo mucho más complejo: vino macerado con miel para alargar la fermentación alcohólica del vino. Dicen que quedaba bastante suave. Lo tomaban con agua: más a la mañana que a la noche. Yo digo, irreverentemente, que era algo así como la “Coca Cola” de los romanos, junto con el vino falerno especiado y aligerado con dátiles.

Mirá en Wikipedia la entrada por el mulsum, qué interesante... https://es.wikipedia.org/wiki/Mulsum

Incluso por Internet podés ver que en Italia y en Barcelona ha habido o hay iniciativas empresariales de vender la versión actual de estas bebidas que preparan para los entusiastas de la Historia Romana... y del vino!

Lo mío fue mucho más básico. Preparé una mezcla de vino tinto con miel, a la que agregué jugo de naranja, poco. Ahí dejé macerando algunas cáscaras de naranja varias horas. Se puede tomar con hielo, para refrescar. O tibio para estos días fríos. Lo he hecho antes. Le dí un toque fenomenal con canela.

Cuando hago estas mezclas, sobre todo en invierno, siempre tengo en la mente al mundo romano, de Roma Antigua. Tan complejo y tan deslumbrante. También en todos estos temas de beber vino y comer.

Podés ver muchísimo sobre bebidas (y comidas) de la Antigua Roma en esta espectacular web, de rigor histórico. De no perdérsela.
http://derecoquinaria-sagunt.blogspot.com.uy/

En cuanto al vino tinto que utilicé fue Cabernet Sauvignon, en una versión sencilla de los Carrau: equilibrado, redondo, joven.


Otros LINKS para ver más sobre estos temas.
http://www.tienda-romana.com/ceramica-vidrio-romano/vino-romano-mulsum-apicius.html
“Vino con miel
En primer lugar los romanos tomaron vino dulce, cual llamaron mulsum y era producido con miel. Este mezclaron dependiendo a la hora en relación uno por diez litros con agua – ¡en la mañana un poco más de agua, por la noche un poco más de vino! Apicius narró dicho sea de paso de la producción de un vino antiguo con condimentos: “15 pondera de miel eran puestos en un recipiente, después que antes dos sextarii de vino eran echados, de modo que espesas el vino a caldo de miel. Esta calentado con fuego bajo y con madera seca, removido con un palito durante esta cocinando. Si empieza a salirse al hervir, pues sea, se va por su mismo por reducción del fuego. Cuando esta enfriado, se enciende otra vez. Esto pasa dos y tres veces y solo luego se saca del fuego y el día siguiente se saca la espuma. Luego hecha cuatro vniciae pimienta ya machacada, tres scripvli mastrix, cada una dragma hojas de laurel y azafrán, cinco pepas tostadas de dátiles y el dátil mismo ensopado en vino, a lo cual a esto va adicción de vino va adelante, de modo que se recibe una mezcla suave. Si esto todo está preparado, echa 18 sextarii de vino suave encima.” - ”


https://latunicadeneso.wordpress.com/2011/05/10/vuelve-el-vino-de-miel-del-imperio-romano/

lunes, 4 de abril de 2016

Para enfriar...

¡Este ya lo sabía antes de ver el video!
Frozen grapes... dicho más finamente...
El video lo sugiere como forma de enfriar vino blanco.

Es excelente y queda vistoso. También le agrego a algunos cocktails, los que son de base cítrica y tiene color clarito, pero como decoración. Queda precioso.

Va la foto de la uva congelada que tengo en la heladera. Luego el video donde explica.
Comentario: corto con tijera el cabito de cada grano de uva, para que quede más prolijo. Por supuesto, luego de una prolija limpieza.
PERO OJO: Si está rajado el grano de uva (vas a ver alguno) por el hielo, por lo helado, NO VA para enfriar el vino. Esos son los que uso para decorar un cocktail frutal, como te decía, porque la incidencia no me molesta en ese caso...







Y este es el link del video Youtube por si no se ve:
https://www.youtube.com/watch?v=6UJkrWxwPFo

viernes, 25 de marzo de 2016

¡¡Limonada con Obispos para Semana Santa!!

¡Sííííí!

Dos recetas tradicionales de la Semana Santa española.
La limonada la he hecho otras veces. No comía los Obispos en Semana Santa desde hace muchos años, la última Semana Santa en España.

¡Ahí van ambas recetas! No son para nada difíciles, con un poco de paciencia ya está.

Quién va a tener frío con estooooo...
#TeLoRecomiendo


LIMONADA DE SEMANA SANTA

La costumbre de tomarla viene de León – muy especialmente – tanto como del Sur de España, igual que la sangría. Preparada para los cofrades en Semana Santa. Se habla mucho también de la limonada de Soria, de la de Álava, de la de Piedrahita.

Ingredientes:
2 botellas de vino tinto
1/2 kilo de azúcar
1/2 kilo de limón
2 naranjas
2 ramitas de canela (o 3 si te gusta mucho la canela...)
un puñado de pasas de uva (ese es el toque que yo le añado)

En una cacerola poner una botella de vino tinto, el azúcar, el jugo de los limones y la naranja, cascara de los limones con su pulpa, cáscara de 1 naranja en pedacitos y las pasas de uva (o de ciruela u otro toque). Cuando tiene un punto tal que el azúcar está totalmente disuelto y ha comenzado a evaporar apagar y dejar enfriar.
Agregar la otra botella de vino.
Dejar en reposo mínimo tres días, en lugar oscuro, revolviendo cada 24 horas.
Llegado el día de servirla se puede poner en la heladera para que esté fresca. Se puede servir con hielo, mejor con granos de uva congelados, queda más lindo... Dura varios dias. Dicen. Je!


Otra gente le pone menos azúcar y, o, menos limones. En fin. Según el gusto de cada cual. Mi versión es de sabores intensos. Además, si la tomo fresca y le quiero poner hielo me gusta que el sabor no se desmerezca tanto.


Esta receta es básica para uno de los licores de vino tinto que hago, solo que una vez fría la composición que va al fuego, se le agrega alcohol de cereales. O cachaça. O alcohol rectificado, nomás. Pero en otro momento les cuento de mi producción de licor de tannat... :-)


Para saber más sobre la Limonada de León y su Historia, te sugiero este LINK:

Limonada de Semana Santa: historia y receta
https://maragato.wordpress.com/2012/03/26/limonada-de-semana-santa-historia-y-receta/



OBISPOS

Son una especie de torrijas (o torrejas, como le decía mi abuela) que en la Sierra de Andalucía les preparaban a los enfermos (dichosos ellos, aunque sea por esto...).
Decían que era un alimento que daba ánimo, que ayudaba a curar.
Lo de “obispos” pienso que sea por el color, más bien... Igual, capaz que es por lo del ánimo y la ayuda! No sé...

Ingredientes:
una flauta de pan anchita, como para rebanadas suculentas.
Vino tinto
Azúcar
Aceite
Canela en polvo
Huevos y Harina

Obtener rodajas de un par de centímetros de espesor, con la miga bien sólida, así como cuando típicamente es del día de ayer. (Por más que el pan, con la harina que hoy tiene, ya no es lo que era. Eso resiente mucho las torrejas todas.)
Dejarlas en remojo un rato, hasta que se empapen bien, con una mezcla de un poco de vino tinto y azúcar. Bastante azúcar.
Luego, cuando ya estén como “cargaditos” del vino con azúcar, rebozar con harina y huevo y freirlas en abundante aceite bien, bien hirviendo.
Para servir se espolvorean con canela y azúcar mezcladas.






Digan lo que quieran: si para alguno es Semana de Turismo o cualquier otra variante, seguro que entienden igual a qué semana me refiero. Y, con estas recetas, es obvio que son para Semana Santa...